Cada estación modula el paisaje litoral y nos ofrece perspectivas distintas. Gracias a la extensa red de caminos de ronda y senderos, podemos caminar resiguiendo la costa y disfrutar de la belleza que nos ofrece todo el año. Solo así podremos admirar sus tesoros mejor guardados: las calas recónditas envueltas por precipicios rocosos.
Cielo despejado y mar embravecido: ¡día de tramuntana! No se trata simplemente del viento del norte; la tramuntana es una fuerza de la naturaleza que ha modelado el paisaje de L’Empordà. Verla en acción es una manera diferente de descubrir el territorio.
Foto: Alex Tremps - Arxiu d'Imatges PTCBG
Desde antaño, el Baix Empordà destaca por la variedad de alimentos que puede ofrecer. El paisaje diverso y la tradición agraria, pesquera y artesana han dado lugar a una gastronomía singular y de alta calidad. ¡No hay mejor manera de conocer la comarca que saboreando los platos característicos!
El ascenso al Montgrí nos lleva por caminos de piedras envueltos de garriga. Una vez en el Puig de Santa Caterina podemos subir al castillo, que permite divisar una gran porción del Baix Empordà desde los campos y arroyos de la llanura, a los bosques de las Gavarres y las montañas de Begur, enrollando la Costa Brava. ¡Una vista privilegiada de nuestro territorio!
A poca distancia del rocoso litoral, las Islas Medes constituyen un espacio natural de gran singularidad. Antiguo refugio de piratas, este sistema de siete islotes concentra una gran diversidad de especies animales y vegetales. Ya sea navegando por la orilla o zambulléndoos en sus aguas, este lugar único les dejará maravillados.
Foto: Jose Irun - Arxiu d'Imatges PTCBG
¿Se les ocurre un plan mejor para una noche de verano que asistir a un concierto en un paraje natural o rodeados de edificios con historia? Por suerte, el Baix Empordà ofrece una variada programación musical que marida propuestas musicales muy variadas en localizaciones incomparables, ya sean junto al mar o en el interior de la comarca.
El paisaje del interior del Baix Empordà se encuentra manchado por lugares de origen medieval. Los campanarios de las iglesias y las torres de los castillos y casas fuertes sobresalen entre campos y colinas, invitándonos a perdernos por las calles empedradas que nos transportan siglos atrás.
La florida de los campos de colza o de amapolas es todo un espectáculo que cambia la fisonomía de la comarca, moteándola de amarillo o de rojo. El mejor momento para coger el coche o la bicicleta, salir de las vías principales y transitar por las carreteras secundarias, atravesando el paisaje florido y explorando el Baix Empordà palmo a palmo.
Entre los bosques de las Gavarres y el macizo del Montgrí se extiende una llanura donde reina la tranquilidad. Los campos de cultivo alternan con márgenes arbolads y suaves colinas, donde se levantan los pueblos y vecindarios que dominan la comarca. Desde estos núcleos apreciamos la importancia del trabajo del campo a la hora de crear y preservar el equilibrio medioambiental y cómo va transformando el entorno según la temporada.
La densa sierra de las Gavarras está surcada por caminos que transitan entre bosques de alcornoque y arbustos. En este paraje encontramos restos de los poblados más antiguos del Baix Empordà, que levantaron monumentos megalíticos.
La pesca es una de las actividades más ancestrales del Baix Empordà. Gracias al trabajo de los pescadores, podemos disfrutar de pescado fresco y marisco gran parte del año, pescado, comprado en la lonja y cocinado en los restaurantes de la comarca el mismo día. ¡Un patrimonio muy vivo!
Los pueblos costeros, situados en las pocas aperturas que presenta el relieve escarpado del litoral, se han forjado alrededor de la pesca y el comercio. Paseando por sus calles –silenciosas en invierno, bulliciosas en verano- captaréis la harmonía de las casas de pescadores con el paisaje mediterráneo. Os sumergiréis de lleno en los orígenes del Baix Empordà.
Desde el castillo de Púbol se aprecia el encanto del Baix Empordà rural y su fisonomía amable, un entorno que parece propicio porque se estableciera un artista tan genial cómo Salvador Dalí. Esta fortificación medieval fue el último taller del pintor surrealista y, a la vez, el refugio y reposo de Gala, su esposa y musa.
La mirada de Josep Pla, el escritor bajo ampurdanés más universal, es fruto de una actividad tan cotidiana como “badar” (admirar). Esta es una manera muy recomendable de adentrarse en el Baix Empordà: pasear sin prisas y saboreando todo lo que el paisaje, el clima, los pueblos y su gente nos ofrecen.
Foto: Ruben Garcia. Arxiu d'Imatges de l'Ajuntament de la Bisbal d'Empordà
La Bisbal d’Empordà es sinónimo de cerámica. El trabajo del barro es fruto de una tradición secular, que da como resultado productos cerámicos artesanos y de gran calidad. Una visita por los numerosos talleres y tiendas de la ciudad nos servirá para apreciar la técnica de los ceramistas locales y llevarnos a casa un trocito del Baix Empordà.